LA CURA DEL HAMBRE. TRAS LA CORTINA ROJA.

Viñeta Creada por Joel Gallego

Año 2045, no hay naciones, no hay países, El Mundo se rige por una basta y ecuménica
red de Corporaciones Empresariales de las cuales Bug Corporation es la empresa líder.
El planeta Tierra está asolado, solo algunas zonas se salvan del desastre causado por la 
implacable mano humana. Pero esas zonas no están al alcance de todos, no todos 
caben, no todos saben de su existencia. Mientras tanto, la máquina del poder entretiene
  a las masas con su arma más infalible, la propaganda, proponen a gran escala <<La Cura del Hambre>>...”

Me llamo John Bowl y esta es mi historia, empecé a trabajar con Bug Corporation, antes de que se desatara la barbarie, cuándo creía que sabía lo que hacía y además tenía fe en ello. Una esperanza...Después empezó todo, lo supe todo, y ahora necesito que alguien que no sea alguno de “ellos” lea mis palabras. Necesito creer que algún día alguien como yo, que sobreviva escondido, muestre la verdad. No sé si servirá de mucho. Quizá solo esté divagando e intentando expiar mi culpa…

Empezaré por ordenar todo lo que tengo en la cabeza, soy biólogo de la compañía, y lo mejor será que explique como estaba el planeta antes de que todo empezara. Estoy muy callado en un almacén viejo que tiene bastantes conservas y lo que queda del veneno que dí a millones de personas. No quiero que nadie más lo coma, aunque ya no sé si eso tiene sentido. No me pueden oír, o no podré acabar de contar esto, me refiero a “los hambrientos”, pero tengo que ir por partes. <<Céntrate John”>> El planeta. El proceso de desertificación se produjo de manera estrepitosa, en cuanto Las Corporaciones tomaron el control. Tala masiva, sobre-explotación de acuíferos, cultivo masivo y sistemático. Dejaron a la Tierra sin recursos en cuestión de años, en relación a tiempo geológico la humanidad y el “progreso” se cargaron el planeta en un suspiro.

Nadie dijo nada, nadie se alarmó, todos seguían la programación según la cual “ellos” eligen cada paso que das. Ahora creo que ese fue realmente el fin del Mundo. Cuando unos seres dentro de unas pantallas absorbieron la poca lucidez que le quedaba al grueso de las masas, como los llamaban. Porque para los corporativos las personas solo eran carne. “Ya lo creo señor Bowl corporativismo, corporativismo, nos apoyamos unos en otros con el mismo fin, un mundo mejor, señor Bowl, La Cura del Hambre es el principio. Después tenemos otros planes señor Bowl”. Lo sabían desde el principio y no hicieron nada, se intentaron meter en sus burbujas pero no calcularon bien.

Aquel ejecutivo me dijo a la cara que harían lo que fuese por que la población no se alarmase, por mantener cierto control, tenían una cura, una proteína, que debía tratarse debido a su sabor pero muy nutritiva. Y pretendían apaciguar a todos con ella. Una vez dejados de lado los cultivos hidropónicos que no eran suficientes y tampoco rentables, se centraron en ello. “La proteína definitiva, que además vamos a enriquecer”. Esta fue la primera mentira que tuve que callar. No era sintética. No era biotecnología, eran cucarachas. Altas en proteínas, y a mansalva en las ciudades.

Mientras el sol recalentaba el planeta, la reserva de semillas del Ártico quedó a nivel del mar, y en el Banco Mundial de Semillas de Noruega hubo un robo de genética a gran escala y luego una explosión. Todo se relacionó con un grupo de activistas ecologistas que también habían intentado parar la depuradora, pues literalmente estaban disecando el mar. Nadie les hacía caso, eran los únicos cuerdos y nadie los miraba siquiera.


Hay una chica fuera, la veo por una de las rendijas de la puerta metálica del almacén.
Está parada frente a uno de ellos, es un “hambriento”. No son zombis, no son lentos, no son tontos, simplemente se han vuelto unos sádicos hijos de...Comen carne humana, y se llevan lo que sobra como si fuera un restaurante. ¡Los he visto reunir trozos de personas como si estuvieran de compras! Se ríen, son felices, es la mejor analogía que puedo encontrar del consumismo, pelean por una cabeza, te hablan con un tono hilarante, todo es culpa mía. La chica sigue mirando la escena, el “hambriento” delante de ella se relame y empieza a comerse su propio brazo mientras dice con la boca llena: “aperitiiivooo”.
Se queda quieta, luego corre, él tarda en reaccionar pero va tras ella y los pierdo de vista.
Este es todo el contacto que tengo con el mundo exterior. Gracias a Dios.

Empecé a preguntarme qué pasaba cuando se negaron a desvelar al mundo qué zonas de la Tierra eran aún habitables, lo del banco de semillas, había muchos documentos que podían demostrar que, si bien, no cabríamos todos al menos podrían explotar esos recursos. No me dijeron nada concreto en ninguna ocasión. Pero estaba claro esos sitios eran para unos cuantos. Se me vino a la mente una pregunta que me dejó helado el corazón. Ya tenía una respuesta. ¿Porque salvar entonces a toda la población?
El compuesto B-512 se me presentó somo una enzima para mejorar el sabor y la calidad de la “bicho-proteína”, pero era claramente un proceso vírico. Una vez lo comieras, despertaba el instinto más primitivo, la supervivencia. Comieron, acabaron con todo, y luego se comieron unos a otros, ¡se comieron!

Los tenían metidos en una sala con cristal insonorizado pero yo los oía: “danos más cura”, “danos más cura”. No hice nada. No dije nada. La sacaron al mercado, bueno a la calle, y todos la probaron. Pasamos de epidemia a pandemia en cuestión de semanas. Y esos malditos peces gordos brindaban con sus elegantes trajes y sus copas llenas. Escondidos, esperando que la gente se comieran unos a otros literalmente.
Intenté amenazarles con contarlo pero era tarde. Todos estaban comprados. Y así la Cura se convirtió en la Criba Mundial. “Esto pasa en cada rincón superpoblado del planeta señor Bowl, no puede pararlo, no hay necesidad” Me estaba perdonando la vida, ¡para que viera un genocidio!

Ahora me dan pena, de vez en cuando reconozco a alguno pidiendo “Cura”, buscando entre trozos de carne, devorando su propia carne. No tengo demasiadas fuerzas, pero ellos cada día comen más, el futuro es caníbal, y lo ha creado el ser humano. Parecía muy simple, yo tengo el poder y decido el mundo que quiero. Pero no era así del todo, querían ver hasta dónde llegaba, si ese hambre se saciaba. Y no lo hizo aumentó, como una camiseta de moda o un perro que dice “te quiero” en las redes. Se llevaron su merecido. Yo he notado que, los que más comen se vuelven más cívicos, pero siguen comiendo. No van a parar nunca.

Acabo de oír algo en el almacén. Voy a entrar por el pasillo a oscuras con una linterna, es la chica que he visto antes. ¿Cómo narices ha entrado? La llamo : -Pss, psss. Y ella me mira, parece normal. Camina hacia mí y señala un agujero en la pared del almacén, me pide silencio con señas. Entramos en la parte trasera y cierro bien la puerta.

-Gracias.
-No es nada, ¿cuándo han hecho ese agujero?
-Yo les obligué, lo siento, querían comerme. Soy Delta.
-Yo soy John, perdona ¿has dicho Delta? ¿Y has agujereado la pared?
-Si.
Mi cara se desencaja por momentos.
-Soy un individuo inmune. Hubo otros pero los mataron y se quedaron conmigo.
-¿Puedes explicarme esto, por favor? ¿Hay una cura?
-No, el plan sigue según lo previsto. Los amos han llegado a la Nueva Tierra.
Empieza a mirarme con esa cara hilarante, como si la cordura escapase de su cabeza de repente, balbucea, sonríe, mira mis apuntes.
-¿Te han enviado los “amos”? ¿Para que les devuelva los documentos y la fórmula?
-No, lo tienen todo grabado, grabado, grabadooooooo.
Ahora empieza, es una cosa de esas, es una hambrienta, tengo que escapar, ¿a dónde?, ¡Dios! No puedo moverme.
Salgo corriendo y me escondo entre unas cajas. Estoy haciendo trizas todos estos malditos papeles, me los comeré si es preciso. No la escucho. Esconderé el cuaderno lo haré antes de…
-Hola John, dijo la criatura que parecía una mujer, pero abrió sus fauces en cuatro mandíbulas y arrancó su cabeza de un bocado.


"Creo que la vida en la Tierra está ante un riesgo cada vez mayor de ser destruida por un desastre, como una guerra nuclear repentina, un virus creado genéticamente u otros peligros." Stephen Hawking.


Gabriela Carvias.









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