A PROPÓSITO DE VIRGINIA WOOLF.

Imagen extraída de @hyperbole.com

Virginia nace un 25 de enero de 1882 en Leeds –Inglaterra- de padre novelista , historiador y al parecer un empedernido montañero, Leslie Stephen sin duda inculca los valores literarios en la pequeña, casado en segundo matrimonio –después de enviudar del primero, al igual que su nueva esposa-  la bella Julia Princep Jackson  nacida en la India, y que al regresar a Inglaterra con su madre comienza a ser modelo de varios pintores de la época. 



Reseñar que en el domicilio familiar eran normales las visitas de ilustres del mundo literario, cosa que va forjando el espíritu creativo de la autora que nos ocupa, no fue a la escuela, pero recibía clases particulares, y sabias enseñanzas de su padre, se rodea Virginia desde los más cortos años de su infancia de la flor y nata de la sociedad literaria Victoriana, por otra parte el domicilio donde habitaba Virginia tenía el lujo de contar con una estupenda y nutrida biblioteca, donde va indagando en su mundo particular rodeado de letras. Mencionar que no es en Leeds –ciudad de nacimiento- donde vive sus primeros años de infancia sino en Londres, pero es según nos escribe ella misma  en St Ives , Cornualles donde Virginia tiene sus recuerdos más vividos, es ahí en las estancias de verano familiares donde la escritora más se recrea, más recuerda vivamente esos primeros años de constante descubrimiento.

A los trece años vive uno de los primeros episodios que serian no más que la continuación de lo que sufriría prácticamente toda su vida, ante la muerte de su madre, la frágil Virginia entra en depresión.  Además de la muerte de su madre al poco su hermanastra fallece a causa de una peritonitis  después de su luna de miel, la muerte de su padre por un cáncer hace que Virginia, después de sufrir recurrentes crisis nerviosas ingrese un periplo breve en el hospital.
Sin duda los cambios de humor  y su poco equilibrio mental, marcan toda su existencia, esto aunque la merma de manera obvia en su faceta social, no le alteran demasiado en su ritmo literario.



Woolf empieza a escribir de manera profesional  en 1905 -año que coincide con la muerte de su padre- escribió inicialmente artículos periodísticos para un diario literario. En su primera novela ya se empieza a intuir lo rompedor de su fórmula, en “Fin de Viaje” ya empieza a romper los esquemas anteriores, pero como casi siempre ante lo inexplorado, lo nuevo, o lo genial, la crítica simplemente la margina.
Después de esta novela, es cuando Woolf no es solo considerada por la crítica, sino que en casi todas sus obras, recibe el aplauso de los mismos, aún así los críticos siempre remarcaron que carecía de universalidad, aunque la palabra de un crítico ya saben, y para muestra un botón la crítica la acusaba de antisemitismo cuando estaba felizmente casada con un judío, ya sabemos que escritores y críticos no suelen beber de las mismas fuentes, o la coexistencia de ambos es el envenenamiento de las mismas depende a donde conduzca el agua o a que cántaro se arrimen.
También su vida esta marcada por una acentuada y encarnizada lucha por la defensa de los derechos de la mujer.




Feminista, bipolar, rompedora, y clásica a veces por hablar en demasía de la clase media inglesa, estamos ante una prodigiosa, excelente e imprescindible escritora, que marcó después de su nacimiento, un antes y un después en la literatura universal de su tiempo y hasta la fecha.
Después de una vida marcada por la depresión,la destrucción de su casa en Londres por culpa o acción de la segunda guerra mundial, van a acabar con el inconmensurable genio e ingenio de la señora Woolf, el día 28 de marzo de 1941, el rico universo de Virginia se ahogaba, después de ponerse un abrigo lleno de piedras en sus bolsillos, se arrojo al río Ouse cercano a su casa, no fue hasta el 18 de Abril que dieron con el cadáver de la genio. Su esposo después de incineran sus restos, dejo descansarlos  debajo de un árbol en Rodmell. 

El mundo no estuvo preparado para la ternura de Virginia, o Virginia no estuvo preparada para la dureza del mismo, en ambos casos, y aunque en  las letras el orden de los factores si altera el producto , en este caso decididamente,no. Sus restos reposan en el lugar citado, sus obras señora Woolf siempre serán eternas, y recuerde lo que usted mismo nos lego “La vida es sueño; el despertar es lo que nos mata” disfrute del sueño eterno.

Adolfo Ibáñez-Batista

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