Historia de un crimen - Contraverso

Bajo la fría noche del ayer

el recuerdo se recuesta en un cartón

¿Quién tiene la culpa? ¿qué hizo él?

Y ahí es cuando duele el corazón.

*

“No hay mal que cien años dure” piensas,

pero este mal ya lleva aquí demasiado

y se te aflojan hasta las defensas

porque te encuentras con que nada ha cambiado.

Y lo corrobora un estornudo

¡Ya te has enfermado con la serenada!

Te entretienes con la red, tu escudo

cuando no quieres saber nada de nada

¡pero te encuentras allí con más problemas!

Programas, opiniones y manifiestos,

intenciones teóricas y emblemas

de nosecuántos futuros, tan inciertos

como lo que estás sintiendo en tus adentros

¿es rabia? ¿Es pura compasión?

¿O tal vez es eso del “remordimiento”

porque uno más que la solución

es causante indirecto del sufrimiento?

Porque no es que no haya responsabilidad:

en un Estado democrático

se debe repartir la culpabilidad.

*

Solo hace falta un líder carismático

de palabra fácil “¡mano dura!”

para que te quites la culpa de encima

y empieces a ver como una locura

el fracaso colectivo. “Así nos timan”

te autoconvences a cada frase

que te vomita un video de diez minutos

“porque uno tiene lo que uno hace,

y no van a tener lo que yo disfruto

porque solo yo me lo he ganado”

Luego el timo se convierte en ofensiva

y pasas a ser tú el perjudicado,

¡y la víctima pasa a ser agresiva!

Enemiga del orden, oscura,

siempre tramando algo en cada callejón,

alcohol, drogas, baja en cultura,

causante directa de cada agresión.

La culpa no es tuya, ni de tu país,

es de esos vagos, una conspiración

-irreal- que va abriendo la cicatriz

pero ¡basta! ¡Llegó la hora de la acción!

*

“¡Maldita cobarde! ¡A mí no me engañas!”

gritas, y cuando te inculpan, niegas.

Vuelta la noche, ves el cartón:

la mentira se viene abajo, derruida,

y es ahí que te duele el corazón.

*

Ella llega y tú lloras. Está tranquila

¿Cómo atacaste a quien te necesitaba?

¿Cómo lo hiciste con tanta tranquilidad

mientras hasta el cartón te imploraba,

tras cada puñetazo, algo de piedad?

“Siéntate aquí conmigo, tenemos que hablar”

dice ella cogiéndote del hombro

“el cartón es así, sabe perdonar,

ahora asume tu crimen y respira hondo”

…

Pero ya nada volvió a ser igual.

(fuente: http://www.treslineas.com.ar/indigente-murio-quemado-lorenzo-mientras-dormia-calle-tapado-cartones-n-750573.html)