Contraverso. Pensar es de disidentes

Los muertos se mueven, después de muertos,
pasan de unas listas a otras
y llegan salvadores a destiempo,
salvadores de la patria.
Todo es posible, porque nada es cierto,
las ideas están rotas,
muerta la evidencia, muerto el ejemplo,
solitaria la Vía Apia
del conocimiento. Es aburrido...
¡No, más quieren que te aburras!
Más cerebros pensantes no interesan,
pensar es de disidentes.
Desfilan descubrimientos fingidos
el agua moja” ¡bien, hurra!
Descubriremos qué peso nos pesa
si despachurra a la gente,
mientras tanto, ríe y come tu pienso,
ligero, frágil, volador
como el humo que sale de la hoguera,
como una Luna de papel,
pero el papel se rompe si está tenso.
El más sincero pensador
es el que vive y duerme en las aceras,
¿por qué no le preguntan a él?
¿miedo a la pregunta, o a la respuesta?
Todo controlado, todo
bien, o al menos ese es el dogma a seguir,
seguir por televisión,
cansinamente, y a cadena puesta,
seguir por cada recodo
de la sociedad, y perseguir
las utopías de la educación
sembrando muros de luces,
realidades contra las quejas
-piénsalo, tú no estás tan mal-
se puede mejorar, vuelta a la historia:
¿pero debería estarlo?
Vuelta a las explicaciones más viejas,
si sabe amargo, le echas sal,
siempre puedes buscar plata en la escoria
¿y oro? Puedes intentarlo...
Y finalmente nada permanece
¿o sí? ¿cuál es nuestra herencia?
No quedará cuerpo, carne ni hueso,
vendrán personas futuras,
preguntarán por nosotros a veces,
por nuestras dudas y ciencias,
y, sin nombres, solo quedarán versos:

renaceremos en la literatura.

(Obra de Aaron Vidal, fuente: http://www.thelightingmind.com/aaron-vidal/)

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