CONTRAVERSO. ARS MORIENDI

El héroe de nadie
en un gris callejón,
mala hora y mal lugar
para el relumbrar de la navaja.
La angustia del sable
y el rojo corazón
se funden para dar
a la tragedia sus horas bajas,
pero eso no importa,
la bestia ha comido
en sus tripas de acero
¡estos duelos de amor,
duelen de amor desesperado!
Su aliento ya se ha ido,
fue muerto en febrero
como mata el calor
la nieve, como invierno olvidado,
no cayeron flores
sobre su desgracia,
le cayó una manta
de amnesia social generalizada.
Fin de los dolores
y de su fragancia,
ahora cuentan cuantas
tristes lágrimas lloró su amada,
que no era princesa
sino lo que él más
amaba, más que oro,
con la sonrisa de brillo y plata.
Su párpados besa
para que muera en paz.
No le canta el coro,
sino el llanto que en él se desata,
alguien fuma fuera:
mala hora y mal lugar,
no reviste de gloria
¡quién fuera Garcilaso y eternidad!
Pues en esta esfera
es difícil encontrar
hueco en la memoria,
si no es la pena, si no es la piedad,
y no arregla nada
ni nunca, ni jamás,
el jamás y el nunca,
negación de su sacrificio
y su muerte inspirada,
y su muerte esperada,
la que ya no tendrá.
Besos en la nuca.
¿Y no será la muerte un mal vicio
de una vida hueca?
Un acantilado
de metal brillante,
ojos cansados de estar en vilo,
una mala mueca,
un verso afilado,
ojos desafiantes,
y un beso para morir tranquilo:
en mala hora y mal lugar,
como un caballero
sin caballero ser,
con el pulso vital despejado.
Fuera se ha de acabar
el gris aguacero,
fuera no ha de llover
eternamente: muerto olvidado,
las flores podridas,
podrida la vida,
podrida la historia que has dejado:
el arte de morir.


[Qué honor tendrá todo esto ¿verdad, Contraverso? Vivimos en una cultura violenta, suavizada si se quiere, pero que de vez en cuando revienta con una crueldad encarnizada. Nuestros héroes son, en su mayoría, una panda de asesinos, agresores, ladrones, arrasan Troya, subyugan pueblos completos bajo la égida de su libertad. Nuestros héroes somos nosotros en potencia. En fin, veo que ya has despertado, Contraverso, te toca a ti contar una historia, desvelar qué hay bajo tus alucinaciones, deja de murmurar, y habla, sé, insustancial ser de mis sueños. Bajo la tabaiba, acá te espero.]

(Fuente: http://marcoscarrasquer.com/)

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