Imagen extraída de: lainformación.com
La respuesta le pareció ambigua al policía que le tomo declaración, aunque no por ello, menos acertada, afortunadamente tenían detenido al culpable.
La noche de autos un ciudadano, al ver al indigente tendido
en el suelo, alertó al 091, el sin techo sangraba profusamente por la nariz,
así fue trasladado al hospital, y se confirmó la rotura de algunos huesos del cráneo,
el transeúnte que vio a la víctima sobre el gris adoquinado del parque, fue el
único que lo acompañó al hospital, algunos testigos describieron al agresor, y
en menos de dos horas fue detenido. Cuando el señor sin hogar fue preguntado
por el agente sobre su agresor, este con una mirada profunda le contestó.
-El odio.
El odio rondaba casi la treintena de edad, sin ningún móvil,
así que en su extensa carrera, el policía no había dado con una respuesta tan
contundente e imparcial.
Adolfo Ibáñez-Batista.
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