Vidas y Obras: El Hechicero VS Lolita


  “Lolita”, la polémica novela de Nabokov, en la que un profesor cuarentón (Humbert Humbert) siente una pasión desmedida hacia Dolores Haze (cariñosamente llamada por él, Lolita, de 12 años), Nabokov consigue consagrarse rápidamente como uno de los escritores contemporáneos más importantes. Fue escrita en Estados Unidos entre 1950 y 1956, aproximadamente.
Sin embargo, fue publicada por primera vez en Europa (en París, concretamente, por la editorial Olympia Press) en 1958.

El Comienzo

  “¿Tuvo Lolita una precursora? Por cierto que la hubo”, escribe Humbert Humbert, protagonista de “Lolita”, al principio de sus memorias noveladas.
Al igual que el personaje, el autor tiene también una precursora.

   En 1940, Vladimir Nabokov deja atrás París con Vera y Dimitri Nabokov (su esposa y su hijo), y se encuentra en Estados Unidos con otro escenario a reconstruir en sus obras.
  Consigo, V. Nabokov lleva el recuerdo de una pequeña obra llamada “Volshnebik”. Traducida al castellano como “El Hechicero”, se trata de una pequeña novela de no más de 100 páginas, dictada por el escritor y mecanografiada por Vera, en ruso, un año antes de partir haciael nuevo mundo (1939).


<<Si no recuerdo mal, el estremecimiento inicial de Lolita fue provocado de algún modo por un relato periodístico acerca de un chimpancé, en el Jardín des Plantes, que, después de meses de incitaciones por parte de un científio, hizo el primer dibujo que haya esbozado nunca un animal. Ese dibujo mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura>>,

Escribe Nabokov en el epílogo de Lolita. Esto no es más que un fragmento curioso para hacer notar el humor habitual del autor, que luego declara:
<<el impulso de que ahora doy cuenta no tiene relación textual con el subsiguiente flujo de ideas, el cual resultó, sin embargo, en un prototipo de la novela actual, un cuento breve, de unas treinta páginas>>.
“El Hechicero” (Volshnebik) - curiosidad introductoria

Aunque en realidad dicho cuento - que Nabokov creía  haber destruído poco después de llegar a EEUU - contaba con más de 30 páginas, sí es cierto que es el precursor de “Lolita”. En este cuento largo o novela corta (según quiera verse), encontramos a un hombre maduro de Europa Central que se casa con una viuda enferma para llegar a su hija, una niña de unos 12 años de la que se enamora con la que se obsesiona a primera vista.
La editorial Anagrama nos ofrece dicho relato - yo personalmente tengo publicado en la colección “Compactos” -, con un fragmento del Propio autor de “Un libro llamado Lolita”² y un postfacio con algunas notas muy curiosas de la mano de Dimitri Nabokov, quien además se encargó de la traducción al inglés y publicación del relato.

Tanto el cuento como el posfacio que lo acompaña, valen la pena para conocer con algo más de profundidad al autor y su estilo. Las prosa nabokovkiana es pura poesía, y trabaja mucho con imágenes precisas y elegantes metáforas para crear emociones en el lector. Amante del detalle, Nabokov hace en “El Hechicero” uso de un fuerte contraste entre los delictivos delirios del protagonista y la realidad circundante.

Profundizo en los detalles (con menos precisión que Nabokov hijo) de el Hechicero en el siguiente subtítulo:

De El Hechicero a Lolita

¿Qué relación existe entre El Hechicero y Lolita?

Sorprendentemente, casi ninguna: la primera sólo es la musa de la segunda, más completa y precisa en cuanto a contexto y personajes. El Hechicero viene siendo justamente lo que el propio Nabokov denomina una palpitación de Lolita, incluso un eco lejano e inspirador para el nacimiento de ésta.

En palabras del propio Nabokov,

<<Hacia 1949, encontrándome en Ithaca (al norte de Nueva York), esa palpitación, que no había enmudecido, comenzó a acosarme de nuevo. La combinatoria dio nuevo impulso a la inspiración y me condujo a dar un nuevo tratamiento al tema, esta vez en inglés, el idioma de una tal Miss Rachel Home, la primera institutriz que tuve en San Petersburgo, allá por el año 1903. La nínfula, ahora con una gota de sangre irlandesa, era prácticamente la misma zagala, y también subsistía la idea básica del matrimonio con su madre; pero, por lo demás, todo era nuevo, y había adquirido en secreto las garras y las alas de una nueva novela>>

¿Cómo pueden entonces compararse ambas obras, sino desde la diferencia entre ambas?

Tras leer ambas obras y sus respectivos posfacios, puedo resumir en la siguiente frase mi manera de ver ambas obras:
“El Hechicero es el sueño premonitorio que convirtió a Lolita en una realidad”.

Así, mientras Lolita es una expresión magnífica de cuánto gustan a Nabokov los detalles, en El Hechicero se hace uso de los detalles de un modo más bien onírico, y sirven para formar una trama adrede imprecisa, con toques de cuento de hadas perverso. Sobre este estilo onírico, destaca para mí la parte final de El Hechicero en la que el protagonista busca su habitación sin éxito.

La voz narrativa cambia, siendo El Hechicero narrada en tercera persona, y Lolita en primera persona. Sin embargo todo se narra desde el enfoque de las ensoñaciones, la realidad y la locura del protagonista.

Aún me atrevo a decir, a pesar de lo que señala Nabokov en “sobre un libro llamado Lolita”, de que las niñas de ambas novelas poco tienen que ver entre sí: la niña sin nombre de Volshnebik es inocente, incluso silenciosa y sin el caracter sexual de Lolita Haze, quien llega a hacer gala de su atractivo para manipular a su captor. Si es la misma zagala, sería más bien de una manera conceptual, como bien dice el propio Dimitri Nabokov en el postfacio del Hechicero. Considero que en muchos aspectos psicológicos la caprichosa Lolita asustaría a su inocente precursora.

Por otra parte, en El Hechicero los lugares de acción son imprecisos y desdibujados, basados en París y Florencia, sin tantos detalles como en la Norteamérica que Lolita recorrió con Humbert Humbert. El Hechicero es en comparación a Lolita una suerte de cuadro impresionista, con figuras borrosas y personajes sin nombre.

Lolita:

El antecedente de Lolita palpita en el recuerdo de Nabokov, como él mismo declara, en 1949. Desde entonces, tratando de darle una forma lo más precisa posible, se dedicó a ella en momentos fragmentados durante 5 años y una vez la terminó busco editores.

La concibió y escribió en EEUU, donde, según alguno de sus escritos autobiográficos, por fin se siente cómodo y comprendido. Curiosamente, es en este país donde más se le complicó la publicación de Lolita.
Este fue un libro incomprendido para muchos editores estadounidenses, los cuales, no contentos con rechazarla, se aventuraron a hacer adivinaciones sin sentido sobre la psicología de Nabokov, con ideas freudianas.


No esperen encontrar en Lolita una historia de amor. Lolita tiene de todo. Contiene tanto elementos propios del Thriller, incluso de la novela negra, con un criminal por protagonista, así como una gran dosis de erotismo y escenas que recuerdan a las historias de carretera típicas del cine denominado Road Movie que surgiera luego en EEUU.


En esta novela conocemos al incorrecto y cínico Humbert Humbert, un hombre de unos cuarenta años que, apasionado con la joven Lolita, de 12 años, decide acercarse a ella seduciendo primero a su madre. Su plan maquiavélico consiste en eliminar a la mujer tras contraer matrimonio con ella, y escaparse con la niña a vivir con él sus pasiones.

Queda claro desde el principio que el protagonista no es precisamente un "angelito", que digamos.


Pero luego está la "nínfula" (como él las llama) de Humbert. Dejen que les presente a Lolita, una niña caprichosa consciente de su belleza, que pierde durante el transcurso la novela la poca infancia que le quedaba y va heredando de su amante y padre adoptivo cierto grado de peligroso cinismo. La "zagala" llega a usar sus dotes contra Humbert H hasta el punto de conseguir que el lector acabe empatizando con el propio protagonista. 


En un principio, a pesar de dejarse llevar por su peligrosa pasión, Humbert Humbert parece conservar el control, pero, a medida que avanza, los caprichos de la niña, que utiliza a su captor como un juguete, hacen enloquecer al protagonista.


A veces, dado el arte con que Nabókov crea a sus personajes y describe sus emociones, se hace fácil incluso ponerse en la piel del propio Humbert, aún con todas sus perversiones y malicias.


Lo primero que llama la atención de esta obra maestra es ese primer párrafo tan llamativo con el que abre la historia: 

<<Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita>>.
Aunque si bien el primer episodio es bastante intenso, la novela tendrá para algunas personas como contrapunto algunos párrafos demasiado contemplativos. Los lectores menos pacientes son susceptible de perderse en los detalles que Nabokov escribe como si fuera un pintor (oficio que Nabokov, de hecho, llegó a plantearse) de momentos y realidades subjetivas con las herramientas del novelista.



El lector menos experimentado con Nabokov corre así el riesgo de no leer cada palabra con el cariño merecido, sino de beberse las páginas saltando por encima de los detalles – colocados a veces por toda la novela como regalos para el futuro.


Debo decir, aún así, que incluso a mí, amante siempre de un estilo directo y contundente, me cautiva la magia que resplandece de los escritos de este autor, que ha conseguido que me consiga leer gran parte de su obra


Pero de todos los elementos que contiene esta obra donde más que leer se siente, lo que más me llama la atención es que, aún siendo el señor Humbert un ser mezquino y despiadado, un pederasta, no se pierden elementos como la empatía, la elegancia o el humor sagaz en ningún momento – por más que crezca la incomodidad de los actos de los personajes (a cada cual peor, y sólo he hablado de los principales).



Para los más gamberros, suculento plato se les presenta con esta obra. Y para tranquilidad de los más moralistas, decirles que en Lolita cada cual obtiene lo que merece durante toda la obra hasta el final.



Si por otra parte buscan algo ligero para comenzar con Nabokov, para ir cogiéndole cariño a su estilo y tramas, les recomiendo empezar con alguna de sus obras ligeras, como El Hechicero, o Desesperación, cuyo personaje es igual de malvado. Cualquiera será digna de leerse.

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