LLUVIA DE PIEDRAS: "La voz de la Tierra", de Pedro González Cánovas
Hablaba más que una planta de naranja-lima. Siempre tenía algo que decir: palabras suaves como la más fina arena; duras, toscas, como auténticas pedradas que golpean el alma.
Solo cuando maduró, miles de años después, aprendió el valor del silencio.
Entonces y solo entonces, los seres menos evolucionados, creyeron que las piedras no tenían vida.
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