Al fin (Sección "Lluvia de piedras")
De
pequeño deseaba ser transparente. En la oscuridad de las sábanas ganaba tranquilidad.
Solo en el fondo de cualquier buen escondite hallaba auténtico reposo.
Después,
cuando reconocía uno de sus miedos huía para esconderlo bien. Pero, cuando
maduró, se dio cuenta de que la lucha era contra sí mismo, contra cada uno de
sus espectros y rarezas. Hasta que logró envejecer en paz e integrarse sin
complejos: justo cuando -entre lápidas tan distintas- encuentra todas las tumbas
iguales.
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