EL RITUAL DE LA LOCURA. RELATOS CRUDOS 34.

Imagen extraída de @minutouno.com

Fueron varias asociaciones las que fueron de la mano junto con miembros del Seprona, los que acudieron al lugar del espanto en la tierra.

Los cadáveres estaban por todas partes, canes de todos los tamaños y razas, en estado lamentable muchos de los perros devoraban los restos de los cadáveres.

Habían gavetas llenas de muerte, de restos de huesos, de perros en descomposición, en una orgía de carne, hueso y dentelladas.
Lo perturbador era contemplar cadáveres de perros vestidos con ropas de niños, canes crucificados, muchos de los perros eran violentos, testigos sin capacidad de poder narrar las atrocidades vividas en esa antigua cuartería de la isla.


Todos se debatían entre si era parte de un criadero para rituales satánicos o fruto de una mente perturbada, pero quizá deberíamos pensar que ambas son la misma cosa.

Adolfo Ibáñez-Batista

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