Contraverso. Partir, volar: humano
Partí
así
las
pihuelas
con
una jarcha.
En
mí
solo
vuela
la
estrofa marcha
atrás.
Pobre
Samotracia,
sin
cabeza, ¿a dónde
vas?
Errática,
al son de
algún
chiste sin gracia.
Humano
que
se ríe y se cansa
de
no poder abrir las alas
¿Y
quién no
si
solo se avanza
contra
las corrientes más malas?
¿Y
quién no se lanza
si
llenó
su
condición todo de balas?
Partí
así
las
pihuelas
con
una jarcha.
Tengo
un amor, hermano,
que
no me va a dejar dormir.
El
mar
no
es la muerte, sino el vivir
durmiendo
en nuestras manos:
va
a dar
a
la tierra
que
nos abraza cuando no podemos
volar.
Si
te aferras
a
la eternidad
serás
uno de tantos otros memos,
atados
a sus pihuelas,
y
los he visto matando por menos.
Quizás
si quemamos suela
más
felicidad
tocará
a nuestra puerta.
Puede
ser. Quizás nos duela
ver
que no queda vuelta
atrás,
vivo el reloj inexorable.
Vivo
el cubo y el huevo.
Vivo
lo viejo
disfrazado
de nuevo.
Van
cortados por el mismo sable,
y
con consejo
versado
te
digo:
parte
con jarchas las pihuelas,
amigo
cansado
de
amar, y verás como vuelan.
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