Contraverso. El cubo y el huevo
Alguien
busca en una figura
geométrica,
ya amortizada,
un
ramillete de amapolas
para
comer hoy. Las oscuras
calles,
de pigmentos inundadas,
con
impaciencia hacen la cola
y
ya está brillando bajo la Luna
el
ojo tuerto de una venganza.
Trasnochan
algunas ventanas,
tras
ellas hay viejos y cunas,
hay
horas que nunca se alcanzan,
hay
príncipes y hay verdes ranas
¡un
consejo hermano, los muros
son
mudos, pero siempre escuchan!
Se
oye perfectamente el dolor,
se
oyen ojos tiernos y duros,
se
oyen corazones en lucha
por
los quebrados por el cubo,
no
escuchar, eso no es una excusa.
Ya
no hay sueños de madrugada
como
antaño en esta mente hubo,
ahora
se han convertido en musas
las
mil voces desheredadas
del
sistema. ¡Dios, qué sistema!
Sistema
vendedor de sueños,
de
gracia, violencia implícita,
si
el mecanismo al fin se quema
¿qué
excusa inventarán los dueños
del
Mundo? Es más que lícita
la
sonrisa al imaginarlo:
tenemos
un gran corazón,
latiente,
vigoroso y nuevo,
¿y
cómo vamos a pintarlo?
Sencillo:
color ilusión,
se
abrirá entonces como un huevo
y
nos librará del contenedor,
calles
muertas, cables pelados,
fríos
recuerdos, muerte inmortal,
y
nos llenaremos de valor:
soñar no es gratis. No he dejado
de
expulsar la congelada sal
de
mis pensamientos maltrechos,
aún
queda mucho movimiento,
mucho
por andar, ir a la par
es
lo mejor: falta un buen trecho.
Compañero,
lo que tú sientes
yo
siento, no nos podrán parar,
o
al menos no nos pararán hoy.
(Fuente: http://artefeed.com/pinturas-de-tangshi/ obra del pintor y diseñador chino Tangshi)
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