FIRMA INVITADA. PATRICIA MENTADO. Ganadora del II Poetry Slam Gran Canaria.

Nuestra firma invitada de hoy Patricia Mentado.


Patricia Mentado, de 26 años, es estudiante de Trabajo Social, monitora de deportes de profesión actual y feminista de nacimiento. Ha cursado dos años de la carrera de Filología Hispánica, la cual representa esa espina clavada en las sendas memorias de las personas que anhelan cualquier rincón de amor que pueda representar el pasado, además de haber hecho sus pinillos por los estudios reglados de Filosofía. Amante de sus raíces, difusa de estado mental y acérrima luchadora por las libertades que componen la vida de todas las vivientes.


Realmente nunca he tenido el sentir de seguir un proyecto firme con un objetivo predefinido, la poesía se me revela cuando no me queda nada más, es mi forma de escupir, escapar, vomitar y volver a construirme las entrañas. Cierto es que, desde hace un tiempo, vengo fraguando ciertos proyectos con una estructura más consciente, pero la fluidez siempre estará presente en mi esencia de crear. No podría definir una cronología, más bien podría relacionar ciertos estados entrópicos de mis ojos y mis manos con los momentos en los que la inspiración quiere besar todo mi caos. Y eso lo considero realmente innecesario. Agarrarme al tiempo sería traicionarlo.

La poesía para mí es mi medio de escape. Es la manera más silenciosa que tengo de gritarme, de gritarle al mundo cualquier oscuridad que pueda habitarme, que son muchas. Mi interés por ella comenzó hace muchos años atrás, no podría definir una fecha exacta, en mi memoria caben más momentos que fechas, recuerdo muy bien el olor de la primera vez que senté a rozar papel con pluma, recuerdo cuán amargas eran esas palabras, recuerdo todo el amor que despilfarraban, recuerdo el gris invadiendo toda mi razón de ser. Sin embargo, no recuerdo los números. Podría haber tenido diez, doce, catorce o 26 años, quién sabe. Sólo recuerdo el gris, que, desde entonces, no me ha abandonado nunca.

Si tuviera que ceñirme a una categoría del arte, esa sería la de vivir. Arte es moverse, arte es quedarse quieto, arte es esencia, arte es materia, si es que hasta existe el arte de matar, entonces sólo la vida en sí misma puede ser arte. Por eso no defino ninguna preferencia con respecto a las diferentes clasificaciones y modalidades del arte más normativo, todo aquello que haga vibrar mi energía, que alimente cualquiera de los dominios de los demonios que me componen, es preferencia.



Cuando comencé a escribir nadie me hacía vibrar como Benedetti. Cuando comencé a odiar nadie fue mejor que Bukowski. Cuando descubrí el amor Miguel Hernández me salvaba. Del universo me hablaba Aleixandre. De la muerte, Oliverio Girondo. ¿Y de mí?
De mí, la sonrisa de mi madre. El orgullo de querernos en los ojos de mi padre. La mano paralela, siempre, de mi hermana. Esa es mi definición del arte, es mi mayor referencia para seguir creando.




Sin embargo, no puedo obviar la realidad que me compone, y ésta está bañada de tinte violeta, de tinte rojo, de tinte negro, de las siete estrellas de mi bandera, de cualquier canto en cualquier lugar a cualquier libertad, de cualquier oprimida soñando, de cualquier liberta sabiéndose efímera, temporal.


Esta es la línea de mis nuevos proyectos, la reivindicación por medio de la poesía, del teatro, de la música, de cualquier modus expresivo que nos permitan cuerpo, mente e instinto. Para ello nos hemos juntado un grupo de mujeres artistas de diferentes categorías, nos encontramos en el proceso de creación de un espacio artístico íntegramente feminista, donde le podamos dar voz a cualquiera de los proyectos de cualquiera de las mujeres que quieran participar en dicho espacio. Además de esto, me encuentro ejerciendo colaboraciones en diferentes proyectos promovidos por otras personas, bañados con un tinte más cinematográfico y humorístico.


Para finalizar es completamente necesario agradecer de manera infinita a todas esas personas que hacen posible que el arte siga vivo, que siguen luchando día a día por poner color a esta sociedad resquebrajada por el propio sistema que la domina, a todas aquellas personas que caminan conmigo y que, con sus propios caminos construyen el mío. También a las que están quietas. Es necesario agradecer a la vida por dejarnos vivirnos. Para los restos de lo que nos queda de ella, “que la poesía nos salve del mundo”.

TMS

Patricia Mentado


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