Deseos (Sección "Lluvia de piedras")
Cuando
murió su padre encontró la cajita en el escritorio. Era preciosa. Solo por
debajo era plana, el resto estaba tallado y con incrustaciones de filigranas
que le daban la perfección y belleza de una auténtica joya. Dos pequeñas
bisagras y un fino pasador indicaban la forma de acceder al interior. Al
abrirla, le sorprendió ver que no tenía cavidad, pero en la parte que tocaba
con la tapa había una leyenda: “Se cumplirán dos deseos”. Cerró los ojos con
fuerza y pidió: “Deseo ser generoso”, sin poder dejar de pensar que eso siempre
le faltó al desaparecido patriarca.
Cuando
le llegó su hora estaba rodeado de familiares y amigos y se derramaron
chubascos de lágrimas. Dejó el negocio familiar en la ruina, pero sin duda tuvo
una vida plena.
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