Bendita lluvia (Sección "Lluvia de piedras")
Viendo
el suelo mojado, era vicio imaginar dónde llegarían aquellos brotes. Cuando se
agrietó la tierra y los vegetales pidieron socorro, asfixiados, los ojos
subieron al cielo escudriñando el infinito. Entonces, aparecieron dioses con
poder sobre la lluvia y, a pesar de las ofrendas, solo chubascaron letras. En
la tierra, las letras formaron palabras: “la palabra de Dios”, que los más
cultos ordenaron para divulgar entre los que no sabían leer.
Hoy, los mayores
afirman: “Cada vez llueve menos”.
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