Contraverso - Porca Miseria


En ti reconocí mi humanidad,
en un paisaje de carne y huesos,
de empujones, patadas y besos:
oscila entre el odio y la caridad.
En ti me he conocido al fin,
tú me has presentado
-¡eh!- y me he gustado.
En la calle suena un violín,
celebra que tenemos pies y manos,
que, a partir de ahí, no hay más diferencias.
No somos alma y cuerpo, sino experiencias.
Tú, que como yo eres un ser humano,
tienes los ojos brillantes de humildad,
y no deberías.
No deberías humillarte ante ellos,
que vienen con aires de moralidad
a hablarte de cultura, versos bellos,
bellas las poesías,
frases en latín, matemáticas,
soluciones a problemáticas
jamás experimentadas.
No, que no te digan nada.
Maldita sea la miseria
de los fuertes y poderosos,
maldita sea su mezquindad,
maldecidas, sus caras serias;
benditos los grandes destrozos
en la tristeza de la ciudad.
¡Qué resuenen las trompetas,
en las paredes ya hay grietas!
Qué se rompa el huevo de la esperanza,
qué se quiebre el cubo de la miseria,
qué se ilumine el camino a seguir,
qué se duerma para siempre la histeria,
qué se excite con furia la venganza
y que la vida valga la pena vivir.

(Fuente de la imagen: https://nowhereadventure.wordpress.com/2016/05/17/una-epistemologia-del-sur-para-una-refundacion-del-estado-en-america-latina-boaventura-de-sousa-santos/)

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