RELATOS DE VERANO EN SUBURBALIA. VERANUM TEMPUS. ESTEBAN RODRÍGUEZ GARCÍA.




Mi casa es tu casa, y la casa de todos también es tu casa. Te vi pasear toda la tarde
por la orilla, mojabas los pies con la misma timidez que las olas llegaban a la arena.
Siempre me pareció excitante sentir el fuego del sol bajo mis pies mientras las
lágrimas refrescaban los recuerdos de tu ausencia.
Tantos veranos contigo y sin ti, tantos instantes aferrados al subconsciente
hipnotizador del pasado que nunca existió. Perdido entre ocaso y crepúsculo busqué
entre sutiles alisios de agosto una sola justificación, una sola, tan solo una para amarte
eternamente.
Mi casa sigue siendo tu casa aunque tú no la habites; ni tú, ni yo estamos presentes;
queda como testigo mudo alguna pared del dormitorio donde planificamos el futuro sin
saber que tan solo construíamos un presente incierto desde el ahora más intenso que
podríamos imaginar. 
Se adelantó a julio; quizá como presagio de que se precipitaba el final del relato de
nuestra aventura. Pasamos una semana  entre un mar de sábanas blancas y una
enorme ventana cuántica que miraba al horizonte, la cortina sacudida por el viento del
atardecer refrescaba el saciado espacio que nos cautivó. Se nos agotaba la sangre de
tanto bracear entre las olas con la piel desgarrada por nuestra pasión. Suspiro a
suspiro sin desfallecer, íbamos tirando del hilo que almacenaba la memoria. Tuve la
impresión que inventábamos historias que jamás vivimos. Fue imposible parar aquel
tsunami creativo que surgía en cada amanecer. Amanecía muchas veces, como si los
días no tuvieran horas para contar. Bastaba con mirarnos. A veces nos mirábamos con
las yemas de los dedos, los mismos  que recorrían valles y montañas estimulando la
fuente de la que bebíamos frenéticamente hasta saciar la sed.
El sur siempre nos acunó, nos mecía cada noche a la orilla de la mar entre cantos
rodados y  arena negra de la bajura. La bajura ofrecía una prolongación amable que
nos invitaba a practicar juegos inventados, tan efímeros como las huellas que el agua
siempre llevó a otra orilla, a otra playa, a otra memoria que nunca reclamó derechos
de autor.
Carlos, nuestro amigo común, un común denominador perfecto, siempre nos facilitó
esta maravillosa aventura, él, la vivía con nosotros a través de las confidencias que
cada uno compartió. Su complicidad, bondad y ternura jamás tuvieron límites ante
nuestra inocencia. El día que decidió vivir su propia aventura en el espacio sideral,
descubrimos el amor que sentía  por Manuela y por mí. Dejó escrita la memoria de
sus amores, sus pasiones, sus convicciones sexuales, su filosofía vital. No pudo
conocer a la madre que lo proyectó a la luz; se diluye en ella mientras su padre preso
de la angustia ante la pérdida del amor de su vida se lanzó al vacío, donde el cuerpo
perece y el alma regresará para aprender la lección de amor infinito más allá del
cuerpo físico.  Tan solo aparecen nuestros nombres; Carlos dejó su carta de
despedida bajo la piedra donde sentados colgábamos los pies frente al acantilado para
ver marchar al sol cada tarde. Jamás imaginé que sintiera ese amor por mí, que
viviera mis noches, mis días, mis sábanas, mis baños, mis desnudos, mi piel, mi sexo.
Por Manuela sintió lo mismo. Fuimos su mundo, sus sueños, su creatividad, nos lo
entregó todo, Tanta fue su bondad, su sutileza, que no fuimos capaces de verlo. Ya
éramos tres sin él y el presente fue tan absorbente que Carlos formaba parte del
ecosistema que nos posibilitaba ausentarnos de otro tiempo. 
Las alegrías se sucedían una tras otra, en ocasiones llorábamos la despedida de
algún amigo. Recuerdo el verano de mi primer pájaro. La ola de calor se lo llevó por
delante, mis hermanas me ayudaron en el cortejo fúnebre, lo envolvimos en un corte de
sábana vieja; de esas que mi madre hacía con los sacos del azúcar que venía de cuba.
Recuerdo que a veces me peleaba con mi hermana mayor. Yo tenía el capricho con la
que todavía tenía la marca de 50 kilos netos, esa era la más nueva.
  

Agosto es un mes rojo, quebrado por el sol, salvaje por las noches y con días tan
largos como los previos a los exámenes de septiembre. Ella nunca tuvo esa
sensación, siempre aprobó a la primera, tenía una memoria exquisita, sabía el nombre
de todos los miembros cercanos y lejanos de su familia. En el verano del 72 nos
llevaron a otra isla donde su familia y la mía se prolongaba misteriosamente; viajar era
una aventura inexplorada que solo habíamos experimentado con Julio Verne,
recorriendo el mundo en ochenta días. Manuela fue siempre más profunda, no solo
recordaba el árbol genealógico de ambas familias; prefirió -El viaje al centro de la
tierra-  mientras yo me entretenía con: El Capitán Trueno, El Jabato, Goliath. 
En aquellos tiempos no, pero ahora tengo que reconocer que quién más me llamaba la
atención era  el débil y flacucho -Fideo de Mileto- que hacía pareja con el fortachón -
Taurus-. Fideo tenía en su dura lira un arma letal, pero lo que realmente seducía al
enemigo era el manejo culto del léxico y su poesía. 
Mi casa ya no es mi casa, ahora -soy- en la casa de todos. Ella y yo, no nos vemos
como antes pero nos sentimos como siempre. Siempre, sí, siempre pensé que ya nos
conocíamos antes del verano.  
Al final o quizá desde el principio encontré más de una, miles de justificaciones para
que ese amor sea eterno.


Erg.

Comentarios

  1. Impresionante Esteban,muy conmovedor, plasmastes un relato que deja perpeplejo a quien lo lee.Eres muy poético se ve lo llevas,a seguir campeón, arriba!

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  2. Nos regalas un bello relato lleno de poesía, ternura y preciosa narrativa que dibujas y coloreas con la magia de tus letras. Gracias, amigo Esteban por tu regalo. Abrazos sin distancias

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  3. Gracias. Bonita historia de Amor romántico. Verdadero. Al comienzo, uno se ubica en ella como protagonista. Y es que algo hay entre nuestras almas. Son afines. Mi fantasía, mis pensamientos más allá de donde nadie cree. Mi casa está en mi, en tí, en quienes queremos. Los que nos rodean. Es maravilloso el pensamiento. Con él vivimos, viajamos buen estámos. Hacemos y disfrutamos clandestinamente en este mundo que juzga, acusa y castiga. Te felicito. Buena elección.

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  4. Gracias. Bonita historia de Amor romántico. Verdadero. Al comienzo, uno se ubica en ella como protagonista. Y es que algo hay entre nuestras almas. Son afines. Mi fantasía, mis pensamientos más allá de donde nadie cree. Mi casa está en mi, en tí, en quienes queremos. Los que nos rodean. Es maravilloso el pensamiento. Con él vivimos, viajamos buen estámos. Hacemos y disfrutamos clandestinamente en este mundo que juzga, acusa y castiga. Te felicito. Buena elección.

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  5. Gracias. Bonita historia de Amor romántico. Verdadero. Al comienzo, uno se ubica en ella como protagonista. Y es que algo hay entre nuestras almas. Son afines. Mi fantasía, mis pensamientos más allá de donde nadie cree. Mi casa está en mi, en tí, en quienes queremos. Los que nos rodean. Es maravilloso el pensamiento. Con él vivimos, viajamos buen estámos. Hacemos y disfrutamos clandestinamente en este mundo que juzga, acusa y castiga. Te felicito. Buena elección...

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  6. Da gusto perderse en tu relato y hacer "tu casa la mía". Ternura a flor de piel, recuerdos a flor de mar. Gracias por tan buen momento de lectura estival.

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  7. Buf, menuda vuelta de tuerca. A veces escribimos lo que queremos que suceda y otras lo que nos ha sucedido, partícipes o no de esa historia. Fina línea la emoción de las dos, que intriga a quién lee, pero... ¿acaso importa?

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  8. Un excelente relato que te refleja e identifica perfectamente. Un regalo.

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  9. Sí, siempre se supo, naciste de las flechas de Apolo y Bragi convirtió tu arco en arpa. Tu carcaj rebosa de palabras buscando. Suceda o no suceda construyes para tod@s vivir la idea. Magec seguirá templando el riego de tu caudaloso río.
    Siempre Pa'lante siempre.

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  10. Parece que te animaste con la narrativa, dejando por un momento de lado los textos de autoayuda o resiliencia. Está conseguido.

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  11. Un relato que sustenta una visión confidencial o no. Me gusta.
    El sur siempre nos acunó, nos mecía cada noche a la orilla de la mar entre cantos
    rodados y arena negra de la bajura...

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  12. Ha sido una delicia y un recreo para el Alma...gracias por darnos la oportunidad de disfrutar leyéndote...

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  13. Acabo de recibir la invitación a la casa de mis sueños. Una que sabe a bruma espesa y sosiego, en un mar de cielo intenso. Una casa que también es mía. O tal vez lo fue. Una casa habitada por aromas a deseos, y por amores extraviados. Rincones cobijados en el alma mundana de un sol en llamas. Esteban, tus letras tienen la virtud extrema de transmitir las emociones más profundas. Tu poesía se impregna de estos cantos. Y tu narrativa no hace sino afianzar esa sensibilidad humana que te acompaña. Una danza que exhibe las virtudes más destacadas de tu persona. Simplemente gracias por permitirnos entrar a tu universo, y por plasmar a través de la palabra, el espejo de tu alma. Abrazo de corazón!!

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  14. Bonito relato sincero y sensorial q fluye sin gafas 3D y que te deja con ganas de más

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  15. Gracias Esteban.
    Precioso relato! Llevas la poesía en el alma. Transmite la exquisita sensibilidad que habita en ti .
    A través del pensamiento , viajamos afines a un estado de emociones...sueños que nos invitan a disfrutar sin prejuicios instancias ni tiempos.
    Abrazos cariñosos.

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  16. Creo que es un relato romántico, con tintes de sensualidad y fantasía. Nos invita a adentrarnos en el mundo de las emociones y recuerdos del subconsciente. Creo que de ahí proviene esa fuerza que nos seduce y engancha a su lectura de principio a fin. Me recuerda al surrealismo de la pintura daliniana, con muchos guiños, misterio, emoción y colorido en un lenguaje literario modernista.
    Es un texto que hace trabajar al lector, que invita a jugar y entrever un puzzler de situaciones en un lenguaje onírico. Interesante aportación querido amigo. Enhorabuena.

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  17. Es un precioso relato, que a través de diferentes lecturas introduce matices e ingredientes bellamente escritos. Un viaje estival al centro de la tierra de las sensaciones y emociones, donde uno de los protagonistas rememora su experiencia tal como la vivió, o se la imaginó , y ofrece compartir , desde la generosidad de un ser que se entrega, esa casa tan nuestra, tan humana (nuestro mundo interior ) y le da protagonismo al lenguaje -la palabra- a la mejor herramienta que tiene el hombre como medio de comunicación y que se expresa también a través de los sentidos . Mención especial tiene para mi, un tercer protagonista , que se ofrece como vehículo y confidente necesario, un alma dulce cargada de sensibilidad que se inspira, se nutre de las confidencias de los protagonistas y le ofrece al mundo su particular visión a través de su habilidad creativa. Maravilloso

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  18. Magnifico relato, como haces sentir el mar, las olas, la brisa... es como si lo olieras . Un despliegue de emociones y sensaciones llevadas de forma magistral con tu pluma. Enhorabuena amigo Esteban.

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  19. Han pasado casi 5 años de este texto y de estas maravillosas opiniones. Hoy el azar me lo ha colocado en la trayectoria de la mirada, es posible que me sugiera leer los pensamientos surgidos trás lo leído. O simplemente recordar que al otro lado hay siempre un lector que revive (despierta) lo que se mantiene vivo. Gratitud infinita

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