LANCE TABÚ. LA DUCHA DEL LOFT
Era un loft amplio y luminoso. A
la entrada se podía ver desde el recibidor hasta el salón cocina. En una
segunda planta descubierta se encontraba el dormitorio rodeado de grandes
cristaleras y el baño. La ducha estaba franqueada por una lámina de cristal al
ácido, que dejaba ver sombras de siluetas de quien la usaba. Si el dormitorio
tenía las luces de las mesas de noche encendidas el efecto blanco-oscuro se acentuaba.
El sonido del agua cayendo mientras alguien hacía uso de ella y la belleza de
las siluetas se veían geniales desde el sofá del salón. Era como una película
de sombras chinescas que deleitaba a quien observaba. Aquella arquitectura, el
lugar donde estaba situada y el juego de luces no estaban por casualidad. Fue
un proyecto muy bien pensado. Daba a entender la mente abierta de los habitantes
de aquel loft o el gusto por el exhibicionismo. La necesidad de ser observados
mientras el agua cae sobre cuerpos desnudos. El placer de compartir ese momento
privado e íntimo.
Desde que supo de aquel lugar,
quiso buscar la manera de sacarle un rendimiento vanguardista. Puso un anuncio
donde se buscaban voluntarios para darse una ducha remunerada por horas.
Diferentes personas respondieron al anuncio y aquella ducha fue utilizada por
hombres y mujeres de diferente fisonomía. Hombres y mujeres reales. También algún
modelo sucumbió a los caprichos de la fotógrafa de seudónimo Lee. Una mujer
pequeña con rasgos orientales y apariencia muy delicada. Siempre vestida de
manera masculina. Con ideas claras.
Quiso pasar a un segundo nivel
pero sin llegar a grabar en vídeo para no dar tregua a la pornografía. No
quería que su intención primigenia se malinterpretara. Simplemente quería
fotografiar siluetas de cuerpos amándose. No importaba el número, ni el sexo. El
hecho de fotografiar desnudos opacos daba mucha libertad y complicidad a los
modelos. Los disparos eran muy seguidos para sacar una secuencia de intenciones
completa. De este modo, situada en la planta baja sobre una pequeña plataforma
de 50 centímetros de alto, encañonaba el cristal de la ducha. Su zoom plasmó
torsos perfectos y otros sensualmente imperfectos. Senos de revista, operados,
otros más reales. Mujeres planas, hombres con mamas. Falos endemoniados, otros
decaídos. Huevones confesos con insignificante falo. Mujeres bellas de varias
generaciones. Realidad amatoria sin tabúes. Lee poco a poco creó un book de preciosas
sombras sensuales, variopintas y reales de cuerpos exhibiéndose, dándose placer
solos o teniendo sexo con otros.
Celia Sánchez
Sombras chinescas.
Fotografías de sombras
Grabaciones, fotogramas.
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