Malo conocido (Sección "Lluvia de piedras")
Dios
perdonaba sus pecados y elevaba directamente al paraíso a los
guerreros que morían en la Guerra Santa: los que se forjaron a fuego
el símbolo de aquella cruzada en el cuerpo lo sabían; pero
ignoraban que aquella marca les costaría la vida. Todo porque no
cumplieron las órdenes y huyeron despavoridos ante la dantesca tropa
de infieles. De quien no pudieron escapar fue de la propia campaña
santa.
Además
de ser excomulgados por abandonar su voto, otros cruzados los
apresaban y sacrificaban antes de que se divulgara la noticia de su
cobardía. A uno de ellos le preguntaron justo antes de darle muerte:
«¿No
sabías que por morir en su lucha Dios te colmaría de paz y alegría,
y te llevaría al cielo?».
Él contestó: «Sí,
pero nada como estar en casa».
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