El gran simulacro (Sección "Lluvia de piedras")

Ya llovieron sonrisas y felicitaciones; villancicos de estridentes voces infantiles y alagas a la paz y el amor. No he preparado felicitaciones ni tengo ganas de contestar a los mensajes: sé que no voy a quedar nada bien, que todo el mundo espera una respuesta genial. Pero cada año falta más gente y el concepto de felicidad navideña se va llenando de penas y tristes ausencias sin remedio. Ya soy de los que desean que esto acabe antes de empezar. 
Aunque, sin embargo, volveré a ser atrapado -sencillamente- porque no se puede escapar; y al final pensaré que no es tan malo el maldito consumismo desmedido, el drama o la comedia familiar que nos reúne una vez al año y viste la casa de Navidad. Así que me preparo para esta farsa anual que podría ridiculizar al Carnaval y me alegro de poder estar con los míos (con los que aún están) y que no me echen en falta en casa en fecha tan especial. Así que contesto algún que otro mensaje, a veces de mala gana, más bien por no defraudar y me sumo de nuevo a este simulacro casi universal, sin apenas poder quejarme o rechistar. Otra vez…, es Navidad.


Comentarios

Entradas populares