RELATOS DE VERANO EN SUBURBALIA. NOCHES DE VERANO. YASMINA SANTOS


Amanecer con tu cintura en mis manos, con mi cabello enmarañado con el tuyo y despertar viendo como deseas que abra mis ojos.
Desear ver cómo despiertas, se abren tus ojos y emanas energía.  
Despertar y no hacerlo como de costumbre, con la realidad triste, fría y gris de la soledad. Amanecer a tu lado me llena de energía, de hambre y sed.
No sé cómo expresar el suave tacto del alba visto desde tu cintura, besando tu vientre y observando tu respiración; ganándome tu perdón por haberte despertado y un premio extra por activar tu cuerpo excitado. Es imposible no querer ver el amanecer desde tu cuerpo, son placeres y a la vez alivios. Soñar con volver a estar sobre ti cada amanecer y que el estío nunca acabe. 
Cada año soñamos con volvernos a llenar de energía, disfrutar cómo aquellos niños que un día fuimos y no hemos dejado de esconder. Disfrutar sin tiempo, con el día largo, sin importar las noches, sin importar los desvelos porque en esa época nuestro cuerpo se llena de vitalidad, añorando esa historia de amor, esos años que creemos que no volverán a pasar, esa sensación de tranquilidad flotando en el mar.
Cada año añoro el tacto de tu piel al despabilar pero llega el verano y mis hormonas vuelan hacia otro despertar, otro cuerpo y otro amanecer que me dicen que aunque el dolor esté presente yo sigo viva. Siento el calor, el sol, el viento, el agua fresca y siento cada persona que quiera ver y sentir el clarear a mi lado. 
Siempre añoraré tu cintura, tu piel reflejando el sol, tus ojos destilando luz en las cortas noches de verano y tu sonrisa que me transporta a ese mágico mundo que cada uno debe tener cuando ve a la persona que ama sonreír. 
A lo largo de nuestra vida tenemos amores, unos más importantes que otros, otros más urgentes, algunos incluso ladrones de horas y otros generosos que nos dan tanto que nos pasamos 3 estaciones pidiendo más pero siempre es el verano el culpable de las locuras, del amor que nos abre el pecho y nos hace respirar aire fresco para nuestro corazón. Es el estío quien nos miente diciéndonos que aún podemos sentir como adolescentes, perdiendo a veces la cordura y la conciencia de la edad que ya tenemos. El calor nos evoca a sentir, a disfrutar, a unirnos como imanes sin importar lo banal de los malos pensamientos del ser humano. Tenemos canciones animadas, tenemos tendencias, tendemos a hacer esas locuras que marcan un hito en tu vida.
El verano es amor, despreocupación, esperanza, libertad y, claro está, te puedes quemar. No siempre pensamos, aunque en esta época tendemos a no pensar. Queremos dejarnos llevar, disfrutar de la estación que nos toque vivir  pero dime ¿Quién no se pone contento cuando llega el verano? Incluso disfrutamos hablando de él. Esa sonrisa que se nos escapa pensando y recordando, disfrutando en nuestra mente de aquello que nos hace tan especiales y autodeterminantes.
Ama y disfruta.

Yasmina Santos Melian 

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