Contraverso - Iceberg


Entróname en tus entrañas
de lo que nunca pudo ser
y derrite el iceberg
que a mis memorias engaña.
Se moría
de memoria
nuestra historia
desolada
¿y ahora? Nada
por aquí, nada por allá,
solamente escalofríos
-soy mago de adversidades-,
adondequiera que ella va,
ella va con algo mío
-tiempo de calamidades,
escritura sonámbula-
arquitectura,
sí, rectángula,
más, fatalmente encarada
-¿y ahora? Nada-
solo estructuras
desheredadas
del pasado turbio nuestro.
Tan nuestro, que es hasta tierno,
que aunque fuera el más siniestro
de los posibles infiernos
seguiría, pues, tan nuestro.
Tan nuestro que ahora, ya nada,
el permafrost, un fantasma
de tundras descongeladas;
bacterias, ansiedad, asma
-estás muy lejos de casa-
me cuesta mover la masa
de mi cuerpo, alejado...
El trabajo, enajenado,
la sociedad y la raza;
la pena,
sirenas
nocturnas,
las urnas,
gangrena
canaria;
Francia, la Armada, Josefina”,
Teide, heredero de Nivaria
cuyo reinado jamás termina.
Mis “jamases”, tan solo un instante.
Soñé un iceberg en mi pecho,
fue ridículo, delirante,
y empapado de agua mi lecho
por un futuro perdido,
sueños, un futuro herido.
Fue una bala
-¿y ahora? Nada-.

(Fuente de la imagen: https://news.culturacolectiva.com/medio-ambiente/que-es-el-permafrost-y-por-que-es-peligroso-para-el-planeta/)

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