Invocación (Sección "Lluvia de piedras")


Imagen tomada de pxhere.com


Lo llamó un amigo para pedirle que fuese urgente a desbloquear el ascensor donde se quedó encerrada su hija y una amiga. Él, simplemente contestó: «Esto no funciona así: llama a la central y que cursen una orden de trabajo». No tardaron en avisarle y entonces sintió una inusual alarma y una prisa tremenda por personarse. Seguramente por eso, subió al coche de la empresa y corrió violando la mitad del código de circulación. Su terrible accidente tuvo otro culpable más: los dos chocaron de frente a velocidad muy superior a la permitida. Fueron fallecimientos instantáneos y ambos conductores se vieron de repente en un ascensor que descendía a gran velocidad.
Miró al otro pasajero, que se colocaba fríamente los ojos en las órbitas, mientras pensaba: «Si esto se traba ahora que no cuenten conmigo: no tengo orden de trabajo». Y deseó con todas sus fuerzas que el ascensor se parara; como el de aquellas chicas que de repente recordó e igual aún seguían encerradas.


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