Un ramo de Luna y estrellas (Sección "lluvia de piedras")
Había
recibido el mensaje. Seguro que apreciaría mejor que nadie el amor que contenía,
conocedora del esfuerzo y sacrificio que había costado.
Que me
castigaran y se enteraran todos era el plan. Así lo calculé cuando subí de forma
clandestina a la azotea, para llenar de noche la botella hurtada. Allí metí
aire limpio, Luna y estrellas. La tapé y corrí a mi cama. Y cuando ella,
vestida con aquellos zuecos y su uniforme blanco, la encontró y sonaron todas
las alarmas ¡me alegré tanto…! Ahora sabe que por ella soy capaz de robar Luna
y estrellas. Valió la pena revolucionar el psiquiátrico.
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