Las lágrimas del Obispo. Relatos Crudos 2.


Imagen extraída de elconfidencial.com



Érase una vez en una pequeña isla del Atlántico perteneciente a África, que una vez al año marcada las fechas en el calendario como carnes tolendas, se elegía a una Drag Queen, todos los años desde hacía ya dos décadas, las gentes se congregaban ante el especial acontecimiento, un espectáculo de respeto y tolerancia, presidia el parque principal de aquella pequeña gran isla.

Pero todo se volvió más terrenal, se mostraron las debilidades humanas en el llanto público de un obispo, lágrimas de cocodrilo, esas causadas después de infligir daño, comparando cosas que por caridad humana no volveré a reproducir, y erase una vez entonces que no se era, y se sucedieron las censuras, las amenazas, y en el país del “nunca pasa nada” continuaban los desahucios, los que nos robaron hasta el sentido común seguían campando a sus anchas, ¿no llora el señor Obispo, por los casos de abusos a menores por los de la sotana? ¿no llora el señor Obispo por los suicidios? ¿por la falta de oportunidades?

Ahora se suceden las firmas, y se investiga al arte, se investiga al arte mi noble gente de este país de cuento, pero a Drag Shetlas no debería haber ni Dios que le quite su premio, por el esfuerzo, por todo lo digno de su arte, por su determinación, y sobre todas las cosas por su tolerancia, transgredir es un elemento propio de la gente que piensa, de las personas con espíritu crítico, no me extraña que el señor Obispo llore por la libertad de expresión, solo puedo decir, si llora por eso ¿qué más le drag señor Obispo?


El mundo siempre fue redondo, los seres se aman sin cuestiones de sexo, raza o religión, haga un ejercicio de caridad humana, y recapacite, todos cometemos errores, y que tire la primera piedra el que este libre de pecado, y esa obra de arte que hizo disfrutar a millones de personas, no puede ser ofensa, no es más que un canto libre en defensa, y tome nota en este punto de libertad de expresión.

Adolfo Ibáñez-Batista

Comentarios

Entradas populares