Escalera al cielo (Sección "Lluvia de piedras")
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De un húmedo
lametazo se acabó la vida de aquel insecto. Siempre supo que su existencia
estaba en manos de seres supremos con fantásticos poderes. Los adoraban y les
temían desde el principio de los tiempos. Todos los bichitos lo asumían así.
A su
vez, el mamífero lenguado creía -no se sabe desde cuándo- que los humanos distribuían
riquezas y placeres, que dominaban las explosiones pirotécnicas y otras cosas
demoníacas. Al parecer, además se decía que eran creadores del todo: domadores
del bien y el mal; a veces, auténticos demonios con el poder de la vida y la
muerte en sus manos. Eran divinidades omnipotentes.
Sorprendentemente, al
humano…, a pesar de creerse tan inteligente, al humano también le pasa lo mismo.
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