Contraverso. Pececillo de plata


Bajo la tierra, junto a las raíces,
crecen seres de ensueño, sinsentido,
sin seguir las viles directrices
que la razón les hubiera exigido.
En esta algarabía de antenas y patas
vive un sueño que se me escapa de las manos
tan brillante como un cardo con sus milanos,
es el argentino pececillo de plata.
Corre, huyendo de la potente luz del día,
refugiate y mordisquea el pelo y las matas,
pez de plata, que todo tu cuerpo es poesía.
Te observan redondos ojos humanos,
tal vez indignos de cosa tan mínima y grata,
ignorantes de tu perfil anciano
que de los primeros insectos data,
no es que sea un dinosaurio
más contiene primitivos arcanos,
son revolucionarios
designios de un destino sin alas
al que no pudo seguir la evolución,
ya sea a las buenas, ya sea a las malas,
solo un pececillo venció a la extinción.
Pero... ¡Cuidado, pequeño pececillo,
un depredador a la muerte te reta
camuflado en el sotobosque amarillo!
Brillan las tenazas de la tijereta.
Hazle también buena compañía
a la detritívora cochinilla,
mascar madera es pura poesía
y su coraza con la luz del Sol brilla
en notas musicales de fuego y acero.
Yo me voy con el moho y los gusanos
que el mundo se me hace muy verdadero
y hasta sus problemas más graves son vanos
a la luz de las eras geológicas,
de la playa del tiempo meros granos
extinguiendo hazañas ecológicas.
Las moscas de la carne también comen ego
de naciones, de cuerpos nucleares,
porque los dioses huyeron del negro cielo
para convertirse en animales
en plena metamorfosis, son pupa,
son crisálidas, son capullos,
cada dios a tejido el suyo:
para adorarlos hace falta lupa,
almidón, hojas secas o ropa vieja.
Crecen altas espigas e hinojos,
sus tallos son como cárceles con rejas
verdes, con tonos naranja y rojo,
flores rosas, naranjas y amarillas,
trigo verde, chícharos multicolor.
Sobre ellos un ígneo Sol rojo brilla,
a su altura es un mundo de gran frescor,
más, bajo la tierra, donde las semillas:
ese es un mundo de sueños y clamor.
Ha caído la noche, el Sol se despide,
ahora brilla la Luna, astro de plata,
pececillos dan vueltas, no se deciden,
si salen a plena luz, la luz les mata,
si no salen, la música se desata.



(Fuente de la imagen: https://www.orkin.com)

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