Muerte real (Sección: "Lluvia de piedras")
Su
hijo se le acercó al oído y le susurró algo que quedó entre ellos dos para toda
la eternidad. El rey abrió los ojos hasta donde alcanzaban, su respiración se
agitó de incontrolada ansiedad y, de repente, se apagó para siempre.
La
reina madre, en voz baja, le preguntó al nuevo rey:
- ¿Qué
le dijiste?
- La
verdad - respondió.
- No lo
vuelvas a hacer. - Dictó ella, con los ojos rebosantes de humedad.
Su
hijo negó con la cabeza, sin quitar la mirada del cadáver.
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