EL PRIMER VERANO. RELATOS FRESCOS.

Imagen extraída de: cosmopolitan.taconeras.net


En el ventilador de aspas colocado en el techo de la habitación danzaba un tanga, y la pasión se perfilaba con mezcla de claro oscuros, por la tenue luz del bombillo de la mesita de noche amortiguada con una camiseta, la figura de los jóvenes enredados, era idílica, sonaba música de Fausto Rapetti, después de la cena con velas la ropa sobraba, dos criaturas avocadas al amor en un cuarto del mundo.

Fabian había preparado todo para el encuentro, una velada romántica con su compañera, que estrenaba unos florecientes 18 años, un poco de vino, la charla amena de dos personas que se aman, todo estaba envuelto de ternura e incontenible lujuria, cuando no podían más y sus ojos a la distancia lejana de ambos extremos de una mesa, Irene se levantó grácil y empezó a recorrer con su dedo índice, desde la frente de Fabian hasta sus muslo, él le tomo la mano y empezó a besarla, cuando se quisieron dar cuenta, Fabian bajo su falda corta y a trompicones entraron en la habitación, el tanga tirado al aire, seguía bailando una coreografía repetitiva, la marca blanca que marcaba la senda de la prenda con la piel morena de Irene hicieron enloquecer de deseo a Fabian.

Así fue el primer verano de la pareja, Fabian miraba la terraza del bungalow que después de repetir varios veranos, fue comprado en propiedad, iban por las bodas de oro, llevaban 50 años de matrimonio, pero a Irene le seguían saliendo tatuajes naturales, Fabian seguía eligiendo bien la música, y las ganas y el cariño para hacer cenas estupendas, con un vino formidable. Llevaban 50 años casados, y un ventilador como un ballet sensual, Irene se sentó al lado de su compañero.
-50 años, amor.
El cuerpo de Irene ya no era tan grácil, pero sus ojos seguían floreciendo con sus 68 años.
-Parece que fuera ayer, y en este mismo lugar aquel primer verano.
Irene puso su mano sobre el muslo izquierdo de Fabian, mientras le sonreía.
-Aún nos quedan unos cuantos primeros veranos más.

Adolfo Ibáñez-Batista

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