LANCE TABÚ. CÁMARA DE SEGURIDAD
Entró al garaje y no se dio
cuenta que se le había caído una funda de plástico. A la mañana siguiente la
encontró pillada en el limpiaparabrisas de su coche. Alguien se había molestado
en saber de quién era y donde la podía depositar para que la encontrara. Pensó
que ya no había gente así. De camino a su trabajo paró en la tienda de muebles
y dejó la funda que contenía recortes de diferentes estanterías y ejemplos de
almacenamiento, para que le hicieran un diseño a medida. Ya era mediodía cuando
recordó en incidente de la funda. ¿Habrían mirado dentro?, ¿cómo supieron que
era suya?, ¿sabían cual era su coche?... Se había sentido con suerte, pero
tenía curiosidad por saber quién era esa persona. Debía ser de su bloque…Volvió
a la realidad.
Por la tarde llegó al garaje y
encontró a los del mantenimiento de las cámaras de seguridad. Una chica se
acercó y le dijo que había visto como se le cayó una funda y que la puso en el
coche, que por las cámaras, ella veía que solía usar. Le dijo que ella misma
era la que llevaba el visionado de las cámaras de ese edificio. Él descansó al
oír esto. Luego hablaron largo y tendido de la funda, de estanterías y de
almacenamiento práctico para un piso de 60 metros cuadrados. Quedaron para
tomar algo.
El viernes sobre las seis y media
de la mañana, al pasar frente a la cámara de seguridad en el rellano frente a
la puerta del garaje, mostró a la cámara un folio en el que se leía “buenos
días”. Hizo lo mismo cada día. El miércoles encontró una nota en el limpiaparabrisas
que decía: “buenos días viernes, sábado, domingo, lunes, martes y miércoles. :D
” . Le hizo gracia y sobre la marcha escribió y mostró otra nota: “¿Esto lo ves
tú sola?”. Al siguiente miércoles
encontró en la luna delantera una nota con un sí enorme y un pequeño corazón
como punto de la i.
La madrugada del miércoles salió
de casa con traje de chaqueta con pajarita. Se puso a la altura de la cámara. Saludó
con la mano. Mostró un folio que decía: “Va x ti”. Puso música latina y se
quitó la ropa en ocho tiempos de entrada. De manera sutil se fue untando aceite
al mismo tiempo que miraba a cámara y bailaba insinuante. Su cuerpo musculado
sin exceso se contoneó sin dejar ver su sexo. Al cabo de unos minutos empezó a masajear su falo, que mostró a cámara
en su máximo auge como final del baile. Se encontraba muy excitado esperando
noticia y se puso a limpiar el coche por la tarde. Deseaba que viviera a buscar
la cinta de la cámara y que lo viera. Aparecieron dos chicos con uniformes de
la misma empresa y él les preguntó. Se le heló la sangre. Su espectadora
particular estaría dos semanas de baja.
Celia Sánchez
Comentarios
Publicar un comentario