Repleta de Sonidos - Contraverso
Ella
era fugaz, ella era pura literatura.
Ella
era una complicada melodía barroca
que
se escucha mejor con el eco de las alturas,
ella
no cerraba bocas, sino que abría bocas,
puertas,
sombras, y se alimentaba de calor vital.
Ella
con una frase desarmaba los orgullos,
castillos
de naipes, reflejos en los charcos de la sal
que
tuvo que romper a golpes con sus propios puños
para
verse las entrañas. ¡Total, nunca vio nada
que
no fueran arpegios de soledad! Calaveras
sonrientes.
Triste vivir en una época pasada
y
que lo que se lleva dentro no se exprese por fuera,
triste
tantos ojos en el cerebro, triste oreja
de
balcón. Pero más triste es la vieja que la porta,
tristes
sus carnes, que reciben sin ninguna queja
el
paso del tiempo. El cielo de los mares la exhorta
a
no escuchar la música de sus cascos, sino del mar,
porque
las olas le traen el canto de algún delfín,
un
aleluya que en nadie cree, un canto natural,
y
las olas quisieron ser épico balancín
¿por
qué no ser por esta vez heroína de sí misma?
Qué
duro debate entre su mente y su corazón,
qué
espadazo por la espalda, qué herejía, qué gran cisma
ver
que toda razón por hoy no tiene razón,
ver
que seguir a su instinto la lleva al mismo abismo
de
inhumana libertad, que solo su razón la hace
libre,
pero que esta es un patético maniqueísmo
instintivo,
irracional, libre de toda base
humana:
la más patética de las independencias
para
con el mundo de la materialidad exterior.
En
su espalda presentía la lúgubre presencia
de
un presente que se le antojaba fuera de control
-¿Y
qué, mis demonios? ¿Y qué, problemas de mi carne?
Si
todo lo que me rodea piensa y también siente,
¿a
qué viene ese egoísmo vital de tanto pensarme?-
su
castillo de huesos claudicó al tiempo presente,
tiempo
efímero, tiempo que se reserva a los hombres
¡tan
siquiera para eso la tenían a ella en cuenta!
Más,
si el tiempo tenía un género ¿dónde lo esconde?
Al
final las luchas silenciosas son las más cruentas,
polémicas.
Y así quedó ella con los intestinos
hechos
pedazos, salvajemente civilizada,
dando
disfrute a las orejas -¿qué significa eso?-
le
preguntaron. Y ella dijo -significa “nada”-.
Mirando
al Océano inmenso, embrutecido,
espacio
semivacío: repleto de sonidos.
(Fuente: https://resistenciarockandroll.wordpress.com)
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