UN PLÁTANO PEGADO A LA PARED CON CINTA AMERICANA CUESTA 120.000 DOLARES.
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Imagen extraída de @lagacetadesalamanca.es |
El titular es rocambolesco y es, de
esas noticias que serían muy graciosas si no fueran por el pequeño
detalle de que son cosa cierta, pero no solo el titular es
surrealista, si no que, además, el fruto rico en potasio ha sido
ingerido por el artista David Datuna, que si decir que un banano
atado a una pared es arte más atrevido es catalogar la degustación
del mismo como una performance, vivimos en tiempos en los que se
hacen talleres de como amar, o de improvisaciones sin mucho ensayo,
como si los músicos de Jazz -por ejemplo- aparecieran sin más bagaje que
sus instrumentos y, que por ciencia infusa hicieran esos magníficos
acordes, quiero decir con esto; una buena improvisación y, aunque
suene contradictorio trae tras de sí mucho ensayo. Y supongo, echando
mano de la jerga cinematográfica esta “performance” se hizo a
primera toma.
El titulo también se las trae
“Comedian” este plátano celebre contó con dos versiones más, cada uno con el importe exacto de 120.000 dolares, el papá de la
criatura -adoptivo, no sabemos de la procedencia del cambur- Maurizio
Cattelan quería con esta “obra” hacernos reflexionar sobre el
valor que le damos a las cosas, que no se yo si lo pensó mucho él
mismo al poner este precio.
El plátano fue exhibido en la Art
Basel Miami Beach en EEUU, esto viene a dar con el debate siempre
extemporáneo y a la vez siempre en boga de que se puede considerar
arte, extensible a quien es artista.
En estos tiempos que corren parece ser
que todo se ciñe a quién lo compra, me explico, da igual el
contenido o la calidad si el “producto” o la “obra” se vende,
mientras se llenen los bolsillos algunos haciendo “talleres” que
es la parte posmoderna de decir imparto enseñanzas sin tener mucha
idea de que imparto, o se improvise como un elefante tocando el
violín -sin menospreciar las dotes artísticas de los citados
gigantes- cuando es la improvisación la conjura de decir "no hemos
ensayado" y vas a pagar por una suerte de “lo que salga”.
Mientras exista un publico, un mercado entre “artista” y
“espectador” vamos a tener debate para rato.
El protagonista de este artículo, no lo duden nunca el famoso plátano, ya estará más que digerido, esperando por el bien de todos que la "performance" acabara en su devorado y ya, porque si no calculen el final del mismo, que como imagen metafórica de lo pretendido...
Ustedes me entienden.
Adolfo Ibáñez-Batista
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