Luces (Sección "Lluvia de piedras")
A veces la Navidad destapa a seres pobres de
sentimientos. Gente que tiene los días contados porque vive en el reino de la oscuridad,
donde impera la soledad, y ante cualquier intento de acercamiento
circunstancial es como si le hablaran a través de una puerta de la que cuelga
un cartel de «no molestar». Pero en pleno verano habría pasado igual.
La existencia es tan frágil que si se deja
pasar la ocasión de quererse, de querer a los demás, de amar de verdad, se
muere en vida a cada instante. Es como dormir de día y correr el riesgo de no
volver a despertar sobre una cama sin deshacer.
Da lo mismo que no te gusten los cuentos de
Navidad o que pienses que la Navidad es un cuento, hay que disfrutar de la
gente que te quiere y aprender a querer con urgencia. Porque nunca se sabe
quién llegará a la próxima Navidad o quién se irá de repente, mientras preparan
su postal.
Por encima de las mejores luces de Navidad
brilla el Sol cada mañana.
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