El ángel (Sección: "Lluvia de piedras")
Su
lanza, de material inorgánico, tenía los grosores perfectos para sus manos.
Aquel regatón en la punta, fabricado con una aleación especial de aluminio y
acero inoxidable, se mantenía sin marca alguna, como el primer día.
Tan
excelentes materiales le transmitían absoluta seguridad. Podía gozar de una
tradición ancestral con el aporte de los últimos avances técnicos. Y eso que optó
por el modelo sin GPS ni wifi. Quizás, lo hacía para que no se alejase tanto de
la actividad de aventura que conoció hace más de treinta años, cuando empezó a saltar.
El Juego del palo casi había desaparecido,
porque sus practicantes quisieron alardear de “auténticos” y no asumieron la
imposición del Consejo de Tradiciones, que obligaba a llevar a cabo un sistema
de competición reglada al tiempo que se asumían importantes avances
tecnológicos.
Todos
los árbitros desaparecieron, dando paso a elaborados sistemas electrónicos que
movían los marcadores digitales. Los alfareros diseñaban en ordenadores su
trabajo, que al final se imprimirían en tres dimensiones. Y así, tantos
cambios, tantos avances…
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