Un ataque de pánico. Por Esther M.A. (Sección: La Revolución de las Palabras)

Y heme aquí, sentada en la oficina, reunida con mi jefe, con el que tengo una buena relación. Es una mañana de diciembre más, pero hoy pasó.

Un mensaje de miedo indicó a mis glándulas suprarrenales que estábamos ante una emergencia, por lo que se activó solo el protocolo de evacuación, empecé a sentirme asfixiada, hiperventilaba, todo porque mi cuerpo se había preparado para huir. Y de hecho, sentía que de un momento a otro iba a huir, iba a salir corriendo y gritando por toda la oficina, y eso a su vez me daba más pánico. Por fortuna o por desgracia, no es la primera vez que me pasa y se qué hacer. Comienzo a suministrarme el aire como si tuviera cartilla de racionamiento, un poquito cada vez, y que llegue hasta la barriga, sí, eso es, ya he salido de esta otras veces. Fijo la mirada en un punto determinado, y... comienza a volver la paz, ha pasado una auténtica tormenta por mi cuerpo y me ha tambaleado, mojado...

-Catalina, ¿me puedes pasar el informe trimestral, por favor? -Me pregunta mi jefe amablemente. Aún me asombra, cuando padezco un ataque de pánico, que sea algo de lo que solo me percato yo, una virulenta tormenta hacia el interior.


Fuente: http://espanol.cntv.cn/

Comentarios

Entradas populares