Angustia a medianoche (Sección "Lluvia de piedras")
Los interminables vientos se llevaron toda
la cordura que quedaba. Las nubes corrieron, escondieron
sus figuras de aquellos ojos
entrecerrados por instinto de supervivencia.
Entonces se paró el tiempo, se abrió el
cielo nocturno y una suave pero brillante música tendió una
escalera con forma de puente colgante entre cielo
y la tierra, entre
la tierra y el cielo.
Empezó a subir y notó que la fragilidad
aumentaba en la medida que se separaba del suelo y crecía como el
riesgo, hasta estar tan convencido del peligro que lo materializó:
cedió la escalera colgante, la música se distorsionó y las
imágenes también, cuando giraba descontroladamente en veloz caída mortal.
El peso de la desconfianza acabó con el
sueño de alcanzar el cielo. Había vuelto a pasar: ya era casi
costumbre despertar con tanta violencia y sin seguridad de poder
alcanzar de nuevo un mínimo de tranquilidad.
Angustia, no podría volver a dormir hasta
el amanecer.
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