“Sinceridad” (Sección "Lluvia de piedras")
Era
víspera de año nuevo y, como siempre, se dispuso para llevar a cabo el ritual.
Cada año escribía uno o varios propósitos en una hoja y ponía la fecha del año
entrante, lo guardaba en un cofre de madera y ya no volvía a ver el papel. Los
llamaba “propósitos” y tenía más que años y edad para estar desencantado con
esa costumbre y aquella vida llena de incumplimientos. Pero, un año más, se
disponía a repetir la tradición.
Todo
eso se movía dentro de su cabeza, deprimiéndolo, mientras buscaba un papel
adecuado casi automáticamente. Pensó que quizás solo tenía que acertar con el
deseo que iba a escribir. Así que está vez puso: “Voy a ser sincero con todo el
mundo”. Lo metió en el cofre y se paró a mirar la caja de deseos que tenía entre
sus manos. Entonces, se levantó violentamente, se dirigió a la ventada, quitó
los cierres de seguridad y abrió la hoja de cristal que aislaba el piso del abismo
que había hasta la calle y, sin dudarlo, gritó: “¡A quién quiero engañar?”. Al
tiempo que arrojó al vacío, con rabia, el cofre de… “¿todos sus males?”.
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