Negativo (Sección: "Lluvia de piedras")

  
Todo está cambiando. Estuve mucho tiempo intentando esquivar acontecimientos dolorosos y esforzándome para ser positivo. Pero ya no, ahora me dejo llevar y prefiero ser negativo.
Todo el mundo debería pensar igual, ya lo irán madurando. Por ejemplo, imaginemos que alguien me convence para hacerme un test de embarazo y me da positivo. Señor, ¡qué desgracia!, cómo está la cosa…
En estos tiempos, es mucho mejor ser negativo para todo. Negativo en las pruebas del COVID, en hepatitis, en la del VIH… Se que los enfermos positivos siempre han dado más que hablar, pero es que por eso mismo son enfermos, porque salieron positivo.
Sin embargo, yo siempre llevé dentro cierta negatividad que no podía evitar, aunque pretendiera hacerme pasar por una persona positiva: mi grupo sanguíneo es Cero negativo. No se puede ser menos positivo.
Todo esto debe estar asociado al cambio climático o a la nueva normalidad; que, en realidad, cambia absolutamente la antigua normalidad y provoca que la palabrita «normalidad» sobre.
En la actualidad impera una anormalidad social que nos afecta de forma individual hasta el punto de no caber en playas; muy probablemente por esa subida de medio o un grado que se ha producido en el planeta; o por la jodienda que significa llevar mascarilla desde que sales de casa, que acabó con la expresión «necesito coger aire» que se utilizaba para justificar las ganas de salir a pasear. Y como todavía no hay modelo comercial de mascarillas para playa… Pues eso, es la excusa perfecta para desenmascararse.
Por eso, mientras se mantenga esta no normalidad, más vale ser negativo y quejarse en voz alta, para no olvidar lo que hay que mejorar. Por qué, la normalidad normal no se espera que vuelva hasta dentro de mucho tiempo y, mientras tanto, cada vez más calor y menos espacio en las playas.
Quizás sea solo que últimamente estoy más sensible, seguramente por aquello del embarazo… Es un infierno.

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