Lance Tabú. Avatares en Autroum










Era la hora pactada y se puso su traje especial. Era como una licra pegada al cuerpo. Sobre ella multitud de censores captaban y mandaban sus movimientos a un ordenador central y los reproducía en su avatar. De entre todos los avatares había elegido una valquiria. Una guerrera  con espada sobre un caballo alado de color blanco. Voló sobre un mar de nubes rumbo a Autroum. Según iba llegando a la ciudad vio llegar a multitudes de valquirias en sus caballos alados. En la estrada de la ciudad un gran muro. Las valquirias desmontaban y entraban caminando en un recibimiento con honores. Un camino de pétalos de distintas flores  adornaban el camino desde el muro de la entrada hasta el castillo. El castillo era una construcción clásica en piedra rústica. Arqueros sitiaban la parte alta vestida con la bandera de Autroum y varios crespones rojos serpenteantes. Se adentró a sus aposentos donde la esperaba Dertous. El guerrero más valorado y respetado del ejército del rey. Dertous tomó a Valquiria por la muñeca de manera brusca y quiso conducirla a sus aposentos.  Valquiria le propinó una patada y varias llaves de artes marciales. Lo dejó reducido en el suelo, atónito y con poca opción a otra maniobra.  Luego le preguntó que si quería jugar. Valquiria lo soltó y se puso en guardia. Dertous se puso en pié, tomó el palo de su lanza para hacerle frente. Caminaron en círculo mirándose fijamente a los ojos sin bajar la guardia. La pelea fue dura. El nivel era alto. Sobre la marcha Valquiria agarró por la melena a Dertous y lo lanzó sobre el lecho. Ella se le abalanzó encima. Siguieron la lucha. Se arrancaron sus vestimentas y fundieron sus bocas en un beso con pasión ambos de pié. Valquiria se abrió de piernas y se subió sobre él. Dertous la puso contra la pared. Luego la portó hasta  la cama. Ella tomó su cabeza y la sumergió entre sus piernas. Se escuchaban sus gemidos de placer hasta llegar al punto más álgido. Cabalgaron largo rato a una velocidad vertiginosa. Llegaron al nirvana del gozo. Después de aquel encuentro, ambos avatares se felicitaron por el encuentro. Pactaron otra cita. Buscaron una fecha en la que coincidir y establecer otra batalla, en aquel lecho, en aquel castillo virtual. Tardaron. Trabajos, clases, etc.… ambos estaban muy ocupados. Finalmente consiguieron quedar pero dentro de una semana. Dertous sugirió que quizás fuese más fácil verse en persona. No iba a pasar pero rieron. Ella preguntó que de donde era. Fliparon. Quedaron abatidos como en la batalla. Era un chat internacional. El porcentaje de posibilidades de coincidir casi nula. Así y todo, pocos kilómetros los separaba en la vida real. Ella era de La Isleta y él de Siete Palmas.

Celia Sánchez

Comentarios

Entradas populares