CAFÉ SUBURBIO. J.K. ROWLING VS STEPHEN KING. ADOLFO IBÁÑEZ-BATISTA
Las redes sociales en muchas
ocasiones son un enredo de magnitudes diluvianas y este caso al que
hoy le dedico esta columna es uno de esos, en que una red social –
más bien lo que ocurre en ella – trasciende de la propia
plataforma, incluso colándose casi sin permiso en rotativos de medio
mundo, máxime cuando la polémica nace por declaraciones de una
afamada literata, bueno seamos mas precisos por sus “tweets” más
aún cuando estos son concernientes al movimiento LGTBI que además
celebraba hace escasos días ( por fecha de redacción) el día
de su orgullo, supongo que en la fecha de publicación de este
artículo habrá pasado no más de una semana, además este tweet fue
contestado “indirectamente” por otro afamado literato.
Como todos saben el día del orgullo
LGTBI se celebró el 28 de Junio no exento lamentablemente de
polémica, como habrán podido apreciar el logo de esta misma casa
Suburbalia aparecía con un corazón con los colores de la bandera
del colectivo. Correos por ejemplo hizo lo propio, con una
campaña también criticada, pero que al parecer les fue muy
eficiente, después fueron varias las compañías que se sumaron al
carro dado el buen resultado cosechado por la compañía de reparto
postal, suscito también mucho debate, tanto que aún a día de hoy
se suceden los ríos de tinta.
En el cuerpo de la benemérita
también quisieron homenajear el día con una bandera arco-iris
escoltando su escudo para unos fue una grata sorpresa, síntoma
de que la institución se modernizaba o se contagiaba al menos de
algo de sentido común, mientras otros pusieron el grito en el cielo,
diciendo incluso que la única bandera que debería escoltar el
escudo de la Guardia Civil era la rojigualda...
Llegados a este punto querría aclarar
que el motivo del artículo hace alusión al principio del mismo,
pero me parece este interludio -si así me lo permiten- para que
podamos apreciar con cierta perspectiva la trayectoria de todo esto,
con un tema en que para muchos aún existen tabús, muchos intereses
encontrados son los que chocan frontalmente y sobre todo mucho
prejuicio.
A decir verdad las firmas que
protagonizan en la red del pajarito no son para nada desdeñables a
la hora de crear aún más conflicto, tal vez más bien por la
trayectoria de ambos que por el afán de la discordia -que también-
se iniciaba un fuego que cuando parecía dejar de arder y tener focos
de incendio controlado y localizado, siempre encontrábamos a alguien
dispuesto y predispuesto a avivar las llamas con gasolina.
Los dos protagonistas que se han
enzarzado en una discusión pública no son otros que J.K. Rowling la
escritora británica de Harry Potter y el archiconocido creador de
“El Resplandor” el creador de monstruos de Maine, Stephen King,
tenemos que tener algo claro sin duda alguna hemos sustituido
las tertulias en los cafés o los parloteos de animada platica en las
plazas y en los parques por las redes sociales, hemos aumentado
el campo de actuación, todos desde su dispositivo pueden opinar,
hemos traído a las pantallas a los cafés o los parques, en muchas
ocasiones tal vez todo se descontextualiza, múltiples estudios
avalan la importancia del lenguaje no verbal para tratar de entender
a nuestro interlocutor, las redes nos dan la inmediatez desde la
comodidad de nuestras casas, pero sin duda alguna no va a ser lo
mismo la mirada del “otro” que el guiño del “uno”.
El enredo de redes entre estos dos
pesos pesados de la literatura se inicia de la siguiente forma, J.K
Rowling comenzó poniendo una cita de la también escritora Andrea
Dworkin todo esto no lo olviden por Twitter donde se menciona que
los hombres responden con violencia cuando las mujeres hacen que su
voz se escuché sin sentir ningún tipo de vergüenza por esto,
este tweet fue retweeteado por Stephen King a los que le sucedió una
serie de elogios por parte de la escritora británica, entre varias
cosas que le dedica al autor norteamericano se declara su admiradora,
viene a decir que más sencillo era no apoyar sus palabras,
menospreciarlas o bien no decir o no hacer nada, cuando la red del
pajarito azul parece que reina la paz y la armonía, no lo duden es
la calma que va a preceder a la tormenta perfecta...
En muchas ocasiones la escritora
inglesa ha vertido opiniones transfobicas, es más a llegado a apoyar
causas u opiniones en contra de la comunidad trans, así pues los
seguidores de Stephen King cuestionan al maestro del terror, con una
sencilla pregunta ¿Crees que las mujeres trans son mujeres?
A lo que el autor respondió de manera
clara y concisa “Si, las mujeres trans son mujeres”
acto seguido Rowling con su amor propio dolido retiro los
“tweets” donde alababa a King, quizá el escritor de Maine perdió
una gran admiradora, pero sin duda alguna dejo clara su postura,
la nueva era deja estas cosas, hemos perdido los papeles
literalmente, cuando seguimos las sentencias de los escritores mas
por el Twitter que por sus propios libros, todo se magnifica a la
velocidad de nuestro wi-fi, pero también democratiza el arte, pone a
muchos en su sitio, o pierden muchos el lugar por que tal vez no le
correspondía.
Ya se ha dicho innumerables veces
aquello de renovarse o morir, estos escritores antes citados para
bien o para mal, se han amoldado a estos tiempos que corren, existen
otros muchos que no, ojo, serán los mas feroces en las redes que no
manejan, buscaran de toda red hacer madeja, con voz de notario dirán
que es literatura o que no, querrán ser los jueces supremos, pero
advertirán que sobre los escritores juzgaran los lectores, por mas
que nos pese o no sobre los textos en las redes, lo que se lee, o lo
que no, también se evaluará con parámetros incluso más fiables que
cuando solo se escribía en el papel, es duro, toda nueva normalidad
lo es, el encanto hoy como desde el principio de los cuentos sera
amoldarse, cambiar, crecer, asumir los cambios también es síntoma
de madurez, porque seguro que todos hemos visto mas de un berrinche
infantil de los que muchos pensaban grandes escritores, que ahora
esas mismas redes que querrian convertir en madejas los engullen así
mismos, devorados realmente por su propio ego de escritor, juez,
editor y confidente.
Adolfo Ibáñez-Batista
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